Plaza Mayor

La Plaza Mayor de Roa

Los mercados se organizaban en la entonces Plaza de Mercado, provista de soportales y de tiendas permanentes; además, tenemos noticias de celebraciones de fiestas taurinas en ella desde 1394. Después aquella plaza se convirtió en Plaza Mayor al levantarse en uno de sus lados la primitiva y desaparecida Casa Consistorial. El contorno irregular de la Plaza Mayor formado a lo largo de varios siglos, se emplaza dentro del caserío en una encrucijada de ocho calles. Domina el espacio de la plaza el espléndido templo colegial. En el lado a poniente se levanta la moderna Casa Consistorial de cuatro plantas. Las casas de tres plantas que cubren los lados a saliente y mediodía presentan dos características: su estrecha fachada y considerable profundidad debida a su asentamiento sobre los primitivos solares, además sus plantas superiores apoyan en altos sopórtales porticados sobre pilastra de piedra. La plaza Mayor continuó siendo escenario de mercados y diversiones populares, pues se tiene noticia de que en ella obsequiaron al obispo de Osma con un festejo taurino en 1787, como comenta Luis Cervera Vera.

La Colegiata de Santa María

Situada en la Plaza Mayor es la joya artística de la villa situada en el corazón del casco urbano. Utilizada como fortaleza en el siglo XIX, pues resistió heroicamente los embates de invasiones galas en 1808-1812 y los asaltos e incendios del Cura Merino y del General Balmaseda durante las guerras fratricidas de liberales y absolutistas. Muchos de los tesoros artísticos que enriquecieron el templo han desaparecido. Este aspecto tendremos que tenerle en cuenta cuando visitemos la Iglesia.
Conserva algunos elementos del edificio románico anterior, tales como la portada que sería, sin duda, la primitiva entrada de la iglesia y parte de la torre que sucumbió ante los incendios y tuvo que ser reconstruida su parte superior a finales del siglo XIX.
Al lado de ésta y también a los pies de la iglesia existe otra portada gótica con gablete cuyo vértice se une con el rosetón. Dentro del tímpano angular se dispone Cristo en Majestad y dos ángeles que le acompañan. En las enjutas formadas por el arco superior de puntas de diamantes de la arcada aparecen dos escudos con 13 roeles cada uno que serían armas heráldicas de la familia de Sarmientos de Villamayor. La sobriedad de esta admirable arquería tiene una clara influencia cisterciense y recuerda la portada de la iglesia de Santa María de Huerta (Soria).
Hacia 1530-1540 se inicia la construcción del templo actual de acuerdo con el tipo del momento: iglesia de planta salón con tres grandes naves a la misma altura separadas por esbeltas columnas cuyos nervios se ramifican en forma de palmera para componer bellas bóvedas estrelladas. Planta salón, con ábside polilobulado, reedificado y ampliado con holgura
Pertenece al grupo de iglesias de estilo de transición gótico-renacentista, según Lampérez. Los centros castellanos se resisten tenazmente a ceder el paso al Renacimiento, aunque lentamente fueron admitiendo elementos clásicos en la decoración. Las construcciones se hallan dentro de este nuevo estilo, pero conservando la inspiración medieval. Así las puertas y ventanas van tomando las líneas semicirculares en sustitución de la ojiva gótica. En torno a 1566 se concluyen las obras, según referencia cronológica recogida en la parte superior del ábside. Estas obras de la ampliación y reedificación del templo fueron financiadas, en parte, por los Condes de Siruela, por eso campean sus escudos por el interior del ábside, y en los recios contrafuertes exteriores de la calle.
Empotrada entre dos contrafuertes del templo se abre la actual portada del último renacimiento, de 1593. Consta de tres cuerpos: el inferior de mayor elevación; la del nicho o arcosolio de la Asunción y el frontón triangular de coronamiento y encima de su vértice, surge una bella cruz acompañada de dos escudos, uno con las armas de la villa y el derecho con las del Obispo de Osma Tello Sandoval. A la parte derecha de la portada vemos un arco de medio punto tapiado que parece señal de haber sido la entrada de alguna capilla desaparecida.
La Colegiata de Roa conserva en el Presbiterio una sillería gótica del s. XV encargada por el Obispo de la Catedral de Burgo de Osma (La pertenencia de Roa a este Obispado y su importancia permiten la cesión de esta sillería a este templo). En la parte central podemos apreciar un retablo barroco del siglo XVIII dedicado a la Virgen del Carmen. y flanqueando este retablo está una imagen gótica de Cristo Crucificado (este Cristo del siglo XIV de dos metros, es muy semejante al de Guzmán en el tratamiento del cuerpo, las costillas no se marcan, el perizonium está también anudado al lado izquierdo y deja ver la rodilla izquierda con magulladuras) y una imagen interesante barroca de la Santísima Trinidad.
En los ábsides de las naves laterales se hallan dos retablos barrocos dedicados respectivamente a San José (figura fabulosa que ha estado expuesta en varias muestras internacionales) y a Cristo Crucificado. Al lado de este Crucifijo hay un magnifico grupo de madera que representa en alto relieve la Adoración de los Reyes Magos de Diego de Siloé. Una de las columnas del Crucero tiene la escultura funeraria del s. XVI de Dª María de Borja.
Entre las capillas de la Colegiata hay que destacar tres capillas:

También podemos apreciar un magnifico Nacimiento que ha sido tres veces consecutivas premiado, realizado de forma artesanal.